Ansiedad infantil

¿Qué es la ansiedad infantil?

La ansiedad es una problemática frecuente en niños y adolescentes a la que es posible encontrar una solución. Se define como una respuesta adaptativa que nos pone alerta ante posibles amenazas, es una emoción completamente sana, que a niveles normales se desempeña como mecanismo de protección. Sin embargo, cuando un niño presenta ansiedad elevada y mantenida en el tiempo, es una señal alarmante. Situaciones comunes que le producen ansiedad a su niño:

  • La muerte de un familiar.
  • Discusión y separación de los padres.
  • Cambio de colegio o domicilio.
  • Separación de un amigo.
  • Estructura rígida de estudio o en el hogar.
  • Vivencias traumáticas.

¿Cuáles son los principales síntomas?

El comportamiento que delata si un niño tiene ansiedad puede ser variado. Se debe tener en cuenta que les afecta de forma física, mental y emocional; atento con lo siguiente:

  • Preocupaciones excesivas o cotidianas por diferentes razones.
  • Dolencias físicas, como pérdida de apetito, dolor de cabeza, náuseas, mareos.
  • Problemas          para      dormir, insomnio, hipersomnolencia o pesadillas.
  • Orinarse en la cama.
  • Dificultad            para      concentrarse     o            realizar actividades intelectuales.
  • Cambios anímicos como: agresividad, tristeza, llantos, rabietas, etc.
  • Infantilización (comportamientos de cuando era más pequeño).
  • Retraimiento social, evitativo y dependencia excesiva de los padres.
  • Aparición            de          miedos que        no          se           tenía anteriormente.

¿Qué tipos de ansiedad hay?

Hay que distinguir entre la ansiedad infantil y los trastornos de ansiedad en la infancia. El primero es una reacción normal y bastante común en niños. En el segundo caso hay que reconocer el desorden severo. Estos son algunos tipos de trastornos en los niños:

  1. Trastorno de ansiedad generalizada: Preocupación extrema y constante sobre la vida del niño. Se trata de niños hiper-responsables y preocupados.
  2. Trastorno del pánico: Sufren de ataques repentinos e intensos de pánico, que puede durar minutos u horas.
  3. Trastorno de ansiedad social: Miedo a interactuar con otras personas, no tiene relación con la timidez, es el pavor de ser evaluados y humillados, ya sea con adultos o niños de su misma edad.
  4. Trastorno obsesivo compulsivo: En el caso de los menores están relacionadas con compulsiones u obsesiones con algo nocivo, peligroso e incorrecto.

El primer paso para ayudar a los niños es comprender sus preocupaciones, enseñarle a manifestar sus sentimientos y que los entiendan por sí mismos, manteniendo en control su comportamiento. El segundo es darle la oportunidad de exponer y afrontar sus miedos gradualmente. De esta manera aprenderá a gestionar su estrés, lo que le permitirá no generar cuadros ansiosos en el futuro. Solo en raras ocasiones encontramos casos severos de ansiedad, pero que con la ayuda profesional adecuada logra manejarse.

Autor: Beatriz Gonzales (Psicóloga clínica)

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